lunes, enero 19

Poesía, Novalis

«El don del discernimiento, el juicio puro, cortante, sólo con suma prudencia puede aplicarse a los hombres, si no quiere herir de muerte y suscitar un odio general. 

El entendimiento es odioso, en parte por la tristeza que produce el arrebatarnos un error que nos consolaba, pero también porque nos provoca el sentimiento de estar siendo víctimas de una injusticia. Y esto es así porque el juicio más exacto, al separar lo indivisible, al hacer abstracción de todo cuanto arropa un hecho, las circunstancias, el territorio, la historia, etc., se acerca en exceso a la naturaleza misma de la cosa, la estudia como fenómeno aislado y olvida que se trata de un miembro perteneciente a un conjunto en cuyo interior adquiere su auténtico valor.

Es esta mezcla de verdad agresiva y error insultante lo que hace que el entendimiento sea tan hiriente. La poesía cura las heridas producidas por la razón. Ya que en ella se componen dos elementos contradictorios: la verdad que supera y la ilusión que encanta».

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